LA ESCUELA RURAL CUBANA: REFERENCIA PARA EL MUNDO
“Mientras en el mundo solo un 30 % de los niños que viven en el campo pueden ir a las escuelas, en Cuba este es un derecho para todos”, reconoció en Las Tunas Juan José Ortiz, representante en Cuba del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El funcionario de la ONU encomió la metodología aplicada y significó que es soporte de un proceso de enseñanza-aprendizaje de meritoria calidad, dotado de características que pueden ser un paradigma para el resto del mundo.
Sus aseveraciones tuvieron lugar en el transcurso del IV Taller Nacional del Sector Rural, que sesionó aquí con la participación de docentes de las provincias orientales, quienes debatieron los retos y los resultados de este programa en el país, donde aproximadamente el 65 % de las escuelas primarias se localiza en el sector rural, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.
Jesús Rodríguez Izquierdo, funcionario de la Educación Primaria en el Ministerio de Educación, dijo a la prensa que la escuela rural cubana no se aparta del programa utilizado por los demás centros de este tipo de enseñanza, pero su materialización tiene en cuenta los matices socioeconómicos y culturales que signan la cotidianidad e idiosincrasia de estos segmentos poblacionales.
Rodríguez Izquierdo, quien es también coordinador de un proyecto nacional para la capacitación de docentes que se desempeñan en estas escuelas, argumentó que estas constituyen un medio indispensable en el quehacer cultural comunitario y un resorte en la solución de los problemas de su entorno.
Hoy, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia participa, junto al Estado cubano, en proyectos que facilitan la formación profesional que enrumba sus acciones a la elevación de la calidad de la enseñanza en áreas relacionadas con la formación ciudadana y de valores, la lengua materna y la matemática, la computación y la orientación vocacional.
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